Equipo Editorial CASACOR Perú
El punto principal del proyecto, diseñado por el arquitecto Diego Olivera, fue un olivo, que invadía todo el loft con sus ramas. La construcción estuvo marcada por el vidrio y el no uso de paredes, manteniendo una conexión entre las áreas internas entre sí y también con el exterior. “Este árbol representa la fuerza femenina, la perseverancia de lo natural y la presencia que las mujeres tienen hoy, a diferencia de los años 1920 de Marianne Brandt”, explicó el arquitecto.
En la cocina, una atención especial al aparador de madera tropical peruana, hecho a mano. En la sala, una estantería vacía hace el turno de divisor, limitando el área de estar de la habitación. La paleta de colores es otro encanto del proyecto. Entre negro y gris se utilizó también tonos de rosa pastel, azul y verde.
Por todo el loft, incluyendo el espacio del dormitorio un mueble de estructura de fierro con cubos de melamina de colores rosa, negro y madera para darle movimiento y calidez al espacio. El baño esta flanqueado por dos frentes con perforación circular hechos en concéntricos, las caras internas están enchapadas en cerámico blanco biselado.
El paisaje invadido el desván, pequeños nichos laterales, así como pinturas, que también remite al concepto de bosque y la planta. En el exterior, una foto de Evangelina Chamorro una sobreviviente de un deslizamiento de tierra en Perú en 2017, llama la atención, así como la intervención artística de Daniel Cortez.
