Con una paleta que combina verdes secos, rosados empolvados y acentos mostaza, el espacio Recuerdos de Hogar, concebido por los estudios Habitáculo y JD Diseño Integral, se presenta como una propuesta que articula memoria, funcionalidad y compromiso social.
Por Julio Pérez-Novoa | Fotos Marcel Suurmond
Más que una tienda, este ambiente dentro de CASACOR Perú 2025 se construye como una experiencia: parte de sus ventas se destinan al Centro Ann Sullivan del Perú, organización a la que la muestra apoya desde hace casi tres décadas.

El diseño parte de la idea de reinterpretar los espacios tradicionales de la casa, la cocina, el comedor, los rincones de almacenaje, con una mirada contemporánea y altamente sensorial.
El mobiliario, de líneas curvas y proporciones contenidas, contrasta con un lenguaje gráfico en pisos de damero, muros bicolores y estanterías flotantes que estructuran la atmósfera sin saturarla.

La paleta ha sido definida con plena conciencia compositiva. El diálogo entre el rosa y el verde salvia introduce matices de reposo y serenidad, mientras que la madera clara y los acentos en latón aportan calidez sin recurrir al ornamento.
Los electrodomésticos retro, las vajillas de gres texturado y las piezas utilitarias convertidas en objetos de diseño dan cuenta de una curaduría atenta, que pone en valor tanto la funcionalidad como la estética.

Este ambiente no apela a la nostalgia, sino que la traduce en una narrativa visual actual. No hay excesos ni fórmulas decorativas previsibles: hay orden, ritmo, composición. Y sobre todo, hay una intención clara de demostrar que el diseño —cuando se ejerce con claridad conceptual— puede ser también una herramienta de impacto social.

En Recuerdos de Hogar, cada elemento ha sido pensado. Cada textura tiene un propósito. Y cada venta, un destino concreto: contribuir con la labor transformadora del Centro Ann Sullivan. Un recordatorio de que la belleza, además de ser bien construida, puede ser también bien dirigida.
