Como si de un museo imaginario se tratara, las arquitectas Andrea Ulloa, Brenda Middlebrook y el arquitecto paisajista Gonzalo Herrera se unen para crear un ambiente exterior sensorial donde la tecnología, el diseño y la naturaleza hablan el mismo idioma.
Por Cecilia Valencia | Fotos Renzo Rebagliati
Ubicado en el patio posterior, la Experiencia Volvo tiene como protagonista al nuevo modelo SUV EX30 de la marca escandinava. Un vehículo compacto totalmente eléctrico. Diseñado para ser práctico y eficiente en entornos urbanos y suburbanos.
De todos los vehículos Volvo hasta la fecha, el EX30 es el que deja la menor huella de carbono utilizando materiales renovables y reciclados de manera innovadora. En el exterior, alrededor del 25 % de todo el aluminio, el 17 % de todo el acero y los plásticos utilizados son reciclados.
Al interior, alrededor del 30 % de las piezas de decoración utilizan plástico reciclado. Cabe destacar que parte del tapiz de los asientos proviene de jeans también reutilizados.
Turno del equipo de arquitectos. Andrea y Brenda conceptuaron un ambiente exterior de tipo sensorial para darle naturaleza al recorrido sin usar muchos materiales ni sobrecargar el diseño. Es así como crean una propuesta interactiva para que los visitantes se hagan uno con la experiencia.
En este ambiente exterior se aprecia la utilización de juegos de escalas, espejos y texturas porque consideraron que este espacio necesitaba de diversas perspectivas para apreciar el entorno. Encima del auto, una cobertura tensionada de forma aerodinámica realza aún más su belleza.
El sonido e iluminación contribuyen a recrear una atmósfera sostenible con detalles modernos que representan el uso consciente de la tecnología.
Por su parte, Gonzalo, a cargo del paisajismo, circunda el ambiente con un hermoso bosque de olivos. Algunos con más de 70 años, otros más jóvenes y de tamaños diferentes. Árboles que buscan un lugar donde seguir viviendo listos para el trasplante. A ellos se suman otros elementos arquitectónicos naturales como retazos de piedra talamoye para las mesas, bancos hechos con madera de rieles de tren reutilizada, entre otros.
Este espacio se abre al patio central fusionando naturaleza, tecnología y diseño. Una vivencia interactiva que sumerge al visitante en un bosque, un museo inmerso en la naturaleza.