Este proyecto es el centro de exploración y trabajo de un naturalista inmerso en la selva tropical del Perú.
Por Cecilia Valencia | Fotos Sebastián Aparicio
Concebido por Enrique Haaker, Tamir Bazaz y Yankale Hochman de Mundo Yanashpa. Este espacio nace desde la magia, donde ocurren y se respetan los ciclos vitales siendo lúdicos y responsables a la vez.
La naturaleza nos inspira, cautiva y nutre material y espiritualmente con su energía, fuerza, belleza. Y así como nos plantea importantes preguntas, nos ofrece un sinnúmero de respuestas. En suma, nos impresiona como fuente infinita de conocimiento, cambio, vida y equilibrio.
En este ambiente, los tonos y estructuras del interior transportan al visitante al corazón de la selva tropical peruana.
En el centro, a modo de eje principal, cuelga un gran helecho “Cuerno de Venado” (Placycerium spp.) del cual nacen los demás elementos del espacio orbitándolo como, por ejemplo, plantas tropicales, piezas de arte, artesanía y diseño.
El piso puesto en valor, los dos techos, sus vigas curvadas, las columnas de la glorieta, el manejo del color y la iluminación aportan carácter y unidad a este universo creado.
Para empezar, la glorieta con su forma circular y cambios de luz nos hizo sentir acogidos. Su suelo natural y fértil es una hermosa oportunidad para trabajar el jardín.
Así, planteamos un diseño con mucha naturalidad y movimiento que incluye vegetación local que aloje a las diferentes formas de vida del ecosistema.
Entonces, creamos un techo verde en aro perimetral sobre el techo principal de la glorieta para coronarla de vegetación de diferentes colores. Lo que representa también la oportunidad de integrar la plantas y vida en edificaciones como recurso para la mejora de nuestro hábitat.
El trabajo en el jardín exterior se inició con el cultivo y abono del terreno para proceder luego a la siembra al voleo de lino como especie base del paisaje. Una planta que usa el hombre desde hace cinco mil años por su fibra y semilla oleaginosa. Se incluyeron también árboles, arbustos, cubresuelos perennes y herbáceas nativas de los ecosistemas ribereño y de bosque seco de la costa peruana.
Las plantas silvestres que nacen espontáneamente de las semillas que contiene el suelo se consideraron como parte del paisaje y se las dejó crecer para riqueza y funcionalidad del jardín ecosistémico.
No fue necesario un control de plagas porque se encontró un equilibrio con sus controladores biológicos.
Aquí cohabitan variedad de insectos, mariposas, polillas, mariquitas, diferentes tipos de abejas, avispas y moscas, entre otras familias.
Para el ojo observador, diariamente llega a tomar el néctar de las flores el colibrí de Lima (Amazilis amazilia) y distintas aves para alegrar nuestro día. Por su parte, el suelo alberga microorganismos de diferentes reinos que, si bien no podemos ver a simple vista, son muy importantes para la fertilidad y conservación de los mismos suelos y ecosistemas.
Este espacio es un trabajo en equipo de Enrique Haaker Salazar como diseñador y paisajista, junto a Tamir Bazaz y Yankale Hochman, creadores de Mundo Yanashpa, un proyecto de Perú Greendreams en Tarapoto, que además cuenta con la participación del artista Miguel Andrade Valdez y el soporte de un grupo humano que con su vitalidad lo hicieron posible.
Este existir cerca de la magia, con un manejo adecuado del suelo, el agua y la biodiversidad para su conservación y regeneración si es necesaria es nuestra visión de habitar. Creemos que al vivir en armonía e intimidad con la naturaleza el hombre encontrará alegría y paz.