En la edición número 30 de CASACOR Perú, la marca Kuna encuentra un nuevo lenguaje espacial de la mano de Hiro Arquitectos.
El ambiente se revela como un refugio sensorial, donde la arquitectura, la luz y los materiales nobles se entrelazan para rendir homenaje a la tradición textil peruana.
Por Julio Pérez-Novoa | Fotos Renzo Rebagliati
El espacio invita a una pausa. Cada elemento, desde la iluminación cálida y envolvente hasta las texturas naturales de las fibras de alpaca y vicuña, está cuidadosamente dispuesto para estimular el tacto, suavizar la mirada y organizar el recorrido con naturalidad.

Las lámparas de pie —con sus formas cónicas revestidas en tonos terracota— dialogan con los tejidos suspendidos como piezas de arte, otorgándoles un carácter escultórico. La elección cromática —una paleta contenida de beiges, camel, rosa viejo y oliva— genera una atmósfera de sofisticación contemporánea, sin estridencias.

La propuesta respeta el orden natural y reinterpreta el lujo desde la calidez. Los materiales dialogan con lo sensorial: lanas, maderas, cuero, tejidos trenzados y fibras vegetales conviven en armonía con una distribución pensada para el silencio visual.

No hay ornamento innecesario, solo formas esenciales que permiten que cada prenda, manta o accesorio destaque por su materia y su confección.

Inspirado en la herencia artesanal del Perú y en el principio de diseño como acto de respeto hacia el entorno, Hiro Arquitectos construye un manifiesto espacial para Kuna. Uno donde la experiencia de compra se transforma en un ejercicio de contemplación: mirar, tocar, respirar.
Aquí, lo ancestral y lo contemporáneo se abrazan sin nostalgia, con una mirada que proyecta la tradición hacia el futuro.
