Be Blue Room trae todo lo necesario para un niño con autismo

Fernanda Gemus tenía una motivación especial en este ambiente: su sobrino Rafael, diagnosticado con autismo y a quien va dirigida la composición.

Por Giovanna Jarandilha | Grupo Editorial CASACOR


El nombre del espacio ya lo dice: el Be Blue Room es un rincón de tonos neutros puntuados por un azul profundo que corre desde la carpintería, hasta las telas, pasando por las paredes. Fernanda Gemus tuvo una motivación especial para elegir el color: su sobrino Rafael, diagnosticado con autismo durante la pandemia. La habitación está inspirada en él y el azul parecía una elección natural, después de todo, el color es un símbolo del autismo.

CASACOR Goiás 2021

El espacio de 56 m² es flexible y se adapta a las necesidades del niño. En el área integrada, la habitación de los niños está conectada con los padres, quienes tienen su privacidad garantizada por una puerta. Para la creación, Gemus conversó con dos profesionales para entender qué es necesario cuando se vive con un niño con autismo, la psicóloga Leana Bernardes y la terapeuta ocupacional Rejane Damaceno. Juntos, los tres lograron imaginar elementos capaces de activar los cuatro sentidos del niño, como una forma de estimular su desarrollo.

“La propuesta era evitar una estimulación visual excesiva y crear un ambiente acogedor. La iluminación es de cielo estrellado para tener oscurecimiento, el espacio para estudiar es dentro de una casita, hay un columpio y una alfombra que se mimetiza con la textura del gres porcelánico”, explica Gemus.